miércoles, enero 12, 2011

Guatemala, Destino Turístico

Fumarola del Volcán Santiaguito, Quetzaltenango.

Guatemala como Destino Turístico para el mundo (enlace)

Me ha llenado de agrado y orgullo enterarme, a través del facebook, de una nota publicada el día de hoy por Prensa Libre en donde dice que la cadena de noticias CNN difundió que  Guatemala está incluida entre los diez mejores destinos turísticos mundiales recomendados para  el 2011, lista que fue elaborada por tres expertos viajeros.

Es una gran noticia que viene a llenar de esperanza a un país lleno de riqueza cultural y humana, a un país que se solidariza ante la tragedia y se regocija por sus logros, a un país con aroma aún a Eterna Primavera... Es un motivo más de aliento para hermanarnos, para que arda en nuestras venas esa sangre chapina y que nos impulse a trabajar por una Guatemala mejor, por una Guatemala que remonte vuelo -así como nuestro bello Quetzal- para que su nombre retumbe en cada rincón del planeta.

Amemos nuestro país, respetémoslo y respetémosnos como miembros de una misma sociedad, como hijos de la misma Patria, así le enseñaremos al turista a querer y apreciar a nuestra Guatechula.

Desde la cinturita de América, corazón del mundo maya y alma de la Tierra, sean bienvenidos todos los amigos extranjeros.

Tradiciones Dicembrinas Parte Final: Los Nacimientos

HISTORIA

El estadounidense John L. Stephens, en su obra Incidentes de Viaje por Centroamérica, Chiapas y Yucatán, describe que a inicios del siglo XIX “cada casa en Guatemala tiene su nacimiento con la riqueza y gusto del propietario... la imagen del Salvador es adornada con las joyas de la familia, perlas y piedras preciosas, y por la noche, todas las casas están abiertas (...)”.

A estos relatos se unen las descripciones de José Milla y Vidaurre, en Cuadros de Costumbres, y del escritor Ramón A. Salazar, en su obra Tiempo Viejo (1896). Ambos coinciden en resaltar los enormes nacimientos, la decoración con manzanilla, pashte, musgo y hojas de pacaya, así como la preparación de tamales y ponche.

El historiador Luis Luján Muñoz, en su libro Tradiciones Navideñas de Guatemala, consignó tres elementos fundamentales que distinguen a la Navidad guatemalteca: la flor de Pascua, el pavo americano y el cacao. También destaca como algo muy guatemalteco el uso de cuetillos para alegrar las fiestas.

A fines del siglo XIX, sobre todo en la Segunda Guerra Mundial, surge otro elemento que vendría a formar parte de las costumbres dicembrinas: el Árbol de Navidad, el cual se acentúa, sobre todo con el ingreso de misioneros protestantes.

Clases de Nacimientos

Los siguientes apuntes constituyen una modesta introducción al conocimiento de uno de los más interesantes aspectos de la cultura navideña guatemalteca como son los nacimientos, tradición introducida en el Nuevo Mundo por los españoles en el Siglo XVI, y enriquecida por las reinterpretaciones regionales, que constituyen la nota característica de los nacimientos en general. Su presencia la encontramos en diferentes regiones de Europa, especialmente en Italia, sur de Alemania y Francia, España, Portugal y en Latinoamérica, en donde se les llama: nacimientos, belenes, pesebres, según el área sociogeográfica.

Nacimiento Popular

Sus características son: representación no realista, particularmente no observa proporciones; escenografía de inspiración regional o local; a excepción de las imágenes que integran el misterio litúrgico, sus personajes y las escenas son representación de la vida cotidiana, particularmente no urbana; uso de ornamentos locales como por ejemplo: productos de artesanía popular artística de Nochebuena y plantas regionales o frutas decorativas de la región: aserrín de colores, hoja de pacaya, pata de gallo, musgo, pashte, manzanilla, mandarina, melones, piñuelas, cacao, cidra, chichitas, y otras. El cielo se representa con nubes de tarlatana y papel de china de colores, profusión de bombas que cuelgan de bricho y litografías de querubines y ángeles que asoman entre las nubes. Su criterio es histórico. Como ejemplos podemos mencionar los viejos barrios de La Parroquia; La Candelaria; La Ermita; La Recolección; y nuevos barrios populares de la periferia de la urbe.


Nacimientos artísticos de inspiración bíblica

La representación es realista; observancia de principios de arte académico; su escenografía y representación de personajes son de inspiración bíblica con uso de figuras de imaginería no popular, particularmente uso de pastores importados de Europa o de fabricación industrial de modelos extranjeros; ausencia de ornamentos del nacimiento popular y su criterio es histórico. Es posible admirarlos en casas de los barrios de Santa Catalina, La Recolección y nuevos como el Barrio Moderno.

Nacimientos artísticos de inspiración regional

Posee criterio histórico, su representación es realista, observa principios de arte académico; su escenografía y representación de personajes son de inspiración local rural, a excepción de la representación del Misterio. Usan pastores fabricados por artistas populares a encargo especial de los autores del nacimiento de acuerdo con las escenas identificables que van a reproducir y hay una relativa ausencia de ornamentos del nacimiento popular.


El tamaño del nacimiento popular -aunque en el primer tercio del siglo XX ocupaba espacios considerables-, en la actualidad ocupa un área de tres por dos metros cuadrados aproximadamente, y así se considera monumental. Generalmente se construyen de menores proporciones, de acuerdo con los límites de espacio, particularmente las familias de escasos recursos construyen nacimientos muy reducidos, generalmente sobre una pequeña mesa de sesenta por cuarenta centímetros cuadrados aproximadamente. Se elaboran sobre cajones y mesas o tarimas que permitan clavar objetos. Generalmente se da a la estructura una altura aproximada de sesenta por ochenta centímetros. No obstante, en algunos casos se construye a la altura del piso. Con papel grueso y/o embreyados (lona encolada), corrugados y cubiertos de musgo, aserrín de colores, plantas y flores naturales y artificiales se forma la topografía de paisajes que será el escenario de escenas de la vida cotidiana rural haciendo uso de la producción del arte y artesanía tradicional navideña: pastores de barro, tela y algodón, madera, etc.

Como fondo se colocan los excepcionales paisajes que reproducen escenas del campo local y algunas veces reproducen también de los lugares y personajes litúrgicos. Es frecuente la aparición de los Reyes Magos junto a las pirámides de Egipto. Generalmente la producción de los artistas populares está inspirada en paisajes regionales. Se observan rosarios de manzanilla, mandarinas, naranjas, melocotón, cacao y piñuelas. También otras frutas: limas, cidras, viscoyoles, chichitas, y además plantas ornamentales: hoja de pacaya, pata de gallo, ramas de pino y ciprés. Todas estas frutas y plantas dan al nacimiento un agradable olor que resulta una relevante característica del mismo.
El segundo tipo de nacimiento que hemos mencionado se aparta del tradicional popular, ya que no representa la adoración de los pastores de la región ante la representación del misterio de la Navidad. Se trata en este caso de representar el hecho histórico del advenimiento del Mesías, y por eso la escenografía y el conjunto de figuras se rige por la temática bíblica. De acuerdo con esta última, se incluye en la escena no solo el misterio del Nacimiento, sino también el misterio de la Anunciación. Y como una nota anacrónica se hace aparecer en la escena del nacimiento la figura de San Francisco de Asís, a quien se le reconoce como iniciador de la tradición del nacimiento.
En el tercer tipo encontramos una proyección consciente del paisaje rural visto por personas citadinas, que generalmente se sienten apegadas a determinadas regiones las cuales reproducen. En algunos casos se identifica la hacienda o finca, sus trabajadores, la casa de los propietarios, el pueblo cercano con sus características geográficas, mostrando al mismo tiempo escenas de la vida cotidiana de sus moradores.

Nos encontramos entonces ante obras de gran tamaño que hacen gala de la calidad de los pastores especialmente encargados a connotados artistas populares. Particularmente las figuras del Misterio son valiosas obras escultóricas de imaginería colonial, herencia familiar.


Artesanías Navideñas Guatemaltecas

Gallitos, patas de gallo, chichitas, pino, pinabetes, manzanilla, musgo verde y gris (pashte), flores de pascua, son los productos naturales de la estación de fin de año, provenientes de distintas regiones del país, que adornan los hogares guatemaltecos con su peculiar mezcla de aromas durante estas fiestas en el país.

Los nacimientos que simulan el Belén de aquella época cuando nace el Niño Jesús integran diversos aspectos relacionados con la naturaleza característica de las tierras frías del altiplano guatemalteco. A los diferentes mercados nacionales son llevados los productos que germinan permanentemente en el interior del país para las ventas navideñas tradicionales que están listas a partir de diciembre.

De Sololá son trasladados el pinabete, el musgo verde, el pashte, la pata de gallo. De Quetzaltenango, Cobán y Alta Verapaz, los gallitos. De la zona central como Tecpán, Chimaltenango y Santa María de Jesús, Sacatepéquez, el pino, el musgo verde y la manzanilla; las chichitas amarillas de Palencia, Guatemala; y las pascuas de Sacatepéquez y Guatemala, que tienen clima templado.


Desde la época prehispánica

Según el investigador e historiador Haroldo Rodas, todos los productos típicos de la temporada navideña, ya se conocían desde la época prehispánica y algunos eran utilizados por los indígenas en sus imperios. El pino ya se usaba como alfombra para que pasaran por ella los caciques de antaño. La pascua, una flor nativa del área Mesoamericana fue conocida como la “flor de Nochebuena”, durante la Colonia, porque los conquistadores se dieron cuenta que germinaba en la temporada de fin de año y casualmente presenta los colores litúrgicos rojo y verde.

Guatemala exporta la pascua hacia EE.UU y Europa, donde han creado híbridos de colores blanco y azul. “Esta pascua originaria de México y Guatemala es reconocida como un ícono de la Navidad a nivel mundial. Debemos sentirnos sumamente orgullosos”, expresa Rodas.

Las ventas con sus coloridos y aromáticos productos, se instalan en los campos del Roosevelt de la ciudad capital, desde el 28 de noviembre. Sin embargo los preparativos para las ventas comienzan en agosto de cada año. En esos días los proveedores llevan al lugar sus productos y los vendedores empiezan a elaborar los distintos artículos típicos de la época.

Forman parte también, y no pueden faltar en la elaboración y venta de la mercadería tradicional de la época los árboles de pinabete, las coronas de hoja de macadamia, las cuales son secadas y teñidas con añelina de colores rojo y verde, y pintadas de dorado o plateado, luego son amarradas con hilo en una estructura en forma cilíndrica diseñada con ramas blandas de pino. Otros productos en cambio ya vienen elaborados como los chivitos de tuza, provenientes de San Juan Comalapa, los gusanos de pino y cordones de manzanilla.


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Tradiciones Dicembrinas III Parte: Las Posadas

Imágenes y folklore, piezas fundamentales en una posada.
Ocurre en la celebración navideña guatemalteca una fusión de varios aspectos culturales, donde hay aporte de la herencia árabe occidental, las ceremonias mayas y el legado de la cultura afrodescendiente. Celso Lara califica la Nochebuena guatemalteca como una de las más hermosas de América Latina que hoy lucha fervorosamente por no ser absorbida por las grandes corrientes de la uniformización cultural.

El pueblo de Guatemala y de la Nueva Guatemala de la Asunción en especial, canta durante todo el mes de diciembre. El gran ciclo de fiestas se abre el día siete con la quema del Diablo, una ceremonia por medio de la cual se purifican las fiestas que se aproximan: las de la Virgen de Concepción (6-10 de Diciembre), las de la Virgen de Guadalupe (12-13 de diciembre) y las fiestas de Nochebuena (16-24).

Las fiestas de Nochebuena incluyen las tradicionales posadas que inician el 16 de diciembre. Durante nueve días un despliegue de pequeñas andas con las imágenes de José y María, decoradas a gusto de la comunidad, por lo regular con ranchitos de paja, cordones de manzanilla, musgo, pashte, flores de pascua, chichitas y velas, recorren las calles de los barrios viejos de las urbes y los campos de Guatemala en honor al peregrinaje de la Santa Pareja por Belén y por los nueve meses de gestación de la Virgen María.


Una tradición que es deleite principalmente para los niños, quienes con farolitos hechos de madera y papel celofán de colores, iluminan la romería con la tenue luz de una candela. Se cantan viejas canciones cuyas raíces se hunden en la historia del arte popular occidental. Los cánticos son acompañados por instrumentos netamente autóctonos: pitos de barro, chinchines hechos de morros y un caparazón grande de tortuga, que al ser golpeado en el peto con una baqueta de madera, aporta una melodía sonora e inigualable con la que se distingue esta celebración. El escuchar el tucutú – cutu, tucutú –cutu en la calle, es señal de una alegre posada al paso.


Rito de las posadas:

La creatividad de las andas es bella.
Previo al 16 de diciembre se elabora la pequeña anda, ya sea en la Iglesia de la comunidad o en casa del cofrade en los pueblos. Se buscan ocho viviendas entre los pobladores, las que recibirán la posada. Luego de la bendición del anda parten de la Iglesia o casa hacia el primer hogar que recibirá a los Santos Señores. El anda es cargada por los niños quienes se turnan entre sí. Van por las calles coreando cánticos al son de la tortuga y chinchines. Al llegar a la casa que ofrecerá la posada tocan la puerta y entonan el tradicional canto: “En el nombre del cielo, os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada…” y las personas que están dentro de la vivienda responden con otra copla, y así hasta culminar la canción con la conocida estrofa “entren santos peregrinos, peregrinos, reciban este rincón, aunque es pobre la morada, la morada, os la doy de corazón”… suenan cuetillos en la acera al ingresar el anda y todas las personas a la casa donde todos juntos leen un pasaje de la Biblia, se reza y se entonan más cantos navideños.


Al concluir el rezo, la familia que recibe posada ofrece un refrigerio a las personas, esto va desde chuchitos, tamalitos de cambray,  tamalitos torteados, tamales negros o colorados, paches, tostadas, o bien, churros o chiqueadores, todo acompañado de bebidas calientes como el ponche de frutas, el chocolate o el café con canela. Al día siguiente, siempre por la noche, llegan por el anda para llevarla a otra casa. Y así durante ocho días. El noveno día, o sea el 24 de diciembre, la posada regresa al lugar donde partió por primera vez, allí es ofrecida una ceremonia. En la Iglesia católica es la tradicional Misa de Gallo.
HISTORIA

La tradición, tanto de las posadas como los nacimientos o belenes, se le atribuye al Santo Hermano Pedro de San José de Betancourt, pues fue el pionero, dado su entusiasmo y amor a la Virgen y a Cristo, de inculcar en los pobladores de aquella época la costumbre de celebrar la Navidad con fervor.

En las crónicas de Fray Francisco Vásquez nos relata que Fray José de Moreira encomendó al Santo Hermano Pedro la procesión de Nochebuena, aproximadamente por el 1663. Cuenta Vásquez que desde que entraba el Adviento, el Hermano Pedro, disponiendo su alma para la venida de Dios en carne humana, colocaba en su morral la imagen de un pequeñito niño Jesús envuelto en pañalitos muy limpios que él mismo cosía y formaba de retazos de cambray y tela. Explica que para el Hermano Pedro, la Navidad era motivo de gozo y regocijo.

En la víspera de Navidad organizaba una procesión en vivo con personajes y séquito de pastores y hacía un recorrido que salía del Hospital de Belén, pasaba por la Merced y San Francisco. En ella iban los hermanos terceros y mucha gente con velas en las manos, rezando el rosario con mucha devoción. Cuentan que tal era el gozo del Santo, que él encabezaba la procesión e iba haciendo cabriolas para mostrar su gran alegría por el nacimiento de Jesús.

En la Misa de Gallo se cantaba el rosario y pequeñas coplas compuestas por el Hermano Pedro. Dicen que terminada la misa, el santo se dirigía a pie a Ciudad Vieja, para felicitar a la Virgen de la Concepción por el nacimiento del niño Jesús.

En la pintura: Santo Hermano Pedro y Posada en Antigua Guatemala
 
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