viernes, julio 22, 2011

Dr. Aldo Castañeda

Dr. Aldo R. Castañeda
Las múltiples contribuciones del Dr. Aldo Castañeda a la cirugía cardiovascular pediátrica, en particular a la corrección de enfermedades cardíacas congénitas en el neonato, justifican el título honorífico de pionero, líder respetado y gran innovador. Su reputación como maestro de cirugía y la dedicación a sus alumnos asegura la continuidad de su trabajo y de su filosofía. Su influencia como cirujano magistral, gran estudioso y humano sobresaliente durará a través de futuras generaciones de sus profesionales. Su dedicación durante toda su vida a tratar a niños con enfermedades congénitas del corazón, hasta después de su llamado " retiro" en Guatemala, su trabajo ad honorem a tiempo completo, su perseverancia, adaptabilidad, tolerancia y humanidad son todas cualidades que contribuyeron al desarrollo y éxito de su excelente programa para cirugía cardiovascular establecido en Guatemala, que posiblemente no representa el pináculo de sus logros, pero seguramente es una de las contribuciones más humanitarias de este gran hombre.


Aldo Castañeda nació en Nervi, cerca de Génova, Italia, el 17 de julio de 1930. Su madre, Isabel Heuberger, era de Nicaragua, y su padre, Ricardo Castañeda Palacios, de Guatemala. En 1935, la familia se trasladó a Munich, donde su padre estudió medicina. Aldo comenzó la primaria en Munich en 1936. Cuando la Segunda Guerra Mundial comenzó en 1939, la condición de la familia como ciudadanos guatemaltecos los convirtió en extranjeros enemigos, así que no se les permitió salir de Alemania. En 1944, su hogar fue completamente destruido durante un ataque aéreo. Los difíciles años de guerra, especialmente viviendo bajo el gobierno totalitario del Nazismo, impactaron profundamente la subsecuente visión de la vida del Dr. Castañeda.

El pasó un año más en el Landschulheim en Schoendorf, una escuela en Bavaria ampliamente reconocida por su excelencia académica. Entonces, después de una corta primera visita a Guatemala en 1948, regresó a Europa y asistió al Institut auf dem Rosenbert en St. Gallen, Suiza, donde completó sus estudios de nivel medio. Se graduó en 1950, obteniendo también el Oxford School Certificate.

El riesgo de una tercera guerra mundial convenció a su familia de salir de Europa. En 1951, por esa razón, Aldo regresó a Guatemala, donde estudió medicina en la Universidad de San Carlos de Guatemala, la única escuela de medicina en el país en ese tiempo. Desde su segundo año de medicina, hasta que se graduó, fue nombrado el mejor alumno de medicina de cada año. En enero de 1958, después de recibir su título médico, se le concedió el Premio Justo Rufino Barrios como el más sobresaliente estudiante de la Universidad.

Su vida como cirujano
Fue en 1954, que cirujanos en la universidad de Minnesota primero ejecutaron cirugía de corazón abierto usando (circulación cruzada controlada) y poco tiempo después, en 1956, comenzaron el uso clínico de oxigenadores artificiales de su propio diseño. Durante 1956 y 1957, mientras era todavía estudiante de medicina el Dr. Castañeda hizo una serie de estudios experimentales, bajo la guía de Eduardo Lizarralde, un profesor de cirugía y jefe de los laboratorios de cirugía experimental de la Facultad de Medicina en la Universidad de San Carlos. Los experimentos, esencialmente consistieron en poner en perros by-pass cardiopulmonares, usando una bomba sigma-motor y un oxigenador burbuja. Este estudio se volvió el tema de su tesis de graduación.

Considerando los años en que estos estudios fueron ejecutados; estos estudios sobre cirugía de corazón abierto revelaron extraordinaria visión para alguien trabajando en una escuela de medicina en América Central.

Después de su internado en Guatemala, Aldo Castañeda aplicó a la universidad de Minnesota para una residencia general u en cirugía cardiotoráxica. Fue allí que C. Walton Lillehei y Richard Varco habían establecido el primer programa de adiestramiento académico en la nueva rama de cirugía de corazón abierto.

A Aldo Castañeda lo aceptaron inicialmente por un período de prueba por un año. En seis meses, sin embargo, se le ofreció un puesto para la duración del programa académico. Al final de su primero año de residente, el jefe del departamento Owen H. Wangensteen, invitó a Aldo a trabajar en su laboratorio experimental, ofreciéndole una oportunidad poco común de ser iniciado en investigación científica en uno de los laboratorios de investigación de vanguardia en el mundo.

En 1963, completó sus estudios para obtener una Maestría en Bioquímica, y en 1964 se convirtió en Doctor en Filosofía, en Fisiología y cirugía experimental. Ese mismo año, completó su especialización en cirugía y se le designó instructor del Departamento de Cirugía en la Universidad de Minnesota. Durante los próximos años, debido a sus habilidades sobresalientes como cirujano, investigador y maestro, su brillante carrera académica avanzó rápidamente, y fue designado Profesor de Cirugía en la Universidad de Minnesota en 1970.

En octubre de 1972, Aldo se convirtió en Profesor de Cirugía en la Escuela de Medicina de Harvard y en 1981 se convirtió en Cirujano en Jefe del Hospital de Niños de Boston. En 1975 se convirtió en El Profesor "William E. Ladd" de Cirugía de Niños en la Escuela de Medicina de Harvard. Sirvió en esos puestos hasta 1994, cuando se retiró después de 38 años de prominencia mundial en cirugía cardiaca pediátrica.

Contribuciones a cirugía del corazón
Las contribuciones del Dr. Castañeda a la cirugía cardiaca pediátrica son notables, y están muy bien documentadas en sus más de 400 artículos científicos y dos libros. Desde sus primeros experimentos en 1956, su investigación progresivamente se enfocó más en temas cardiovasculares. La creencia general en los años de 1960 era que los elementos formados en la sangre de niños pequeños no podrían aguantar los efectos dañinos de un bypass cardiopulmonar. A pesar de estas dudas, el Dr. Castañeda dedicó una gran parte de su investigación temprana en la Universidad de Minnesota a explorar, primero, los efectos del bypass cardiopulmonar en las propiedades fisiológicas y funcionales de células rojas y blancas, y segundo, los efectos de substancias polibásicas en la carga eléctrica superficial de las células rojas.

Sus estudios demostraron que 2 horas de bypass cardiopulmonar tenían un mismo efecto en perritos que pesaban 2 kilogramos que sobre un animal adulto. Exploración de función pulmonar en estos animales dieron resultados similares.

Estos descubrimientos giraron su interés hacia corrección temprana de malformaciones cardiacas congénitas en niños. Investigó el trasplante combinado corazón-pulmón, motivado por el triste final de los muchos niños que habían desarrollado enfermedad pulmonar-vascular e irreversible a consecuencia de defectos cardiacos congénitos no tratados. Las pocas pruebas clínicas de trasplante corazón pulmón habían fallado, y algunos cirujanos creían que los pulmones denervados bilaterales eran incompatibles con la supervivencia. El Dr. Castañeda y su equipo comprendieron que los perros eran pobres sujetos para experimentos en trasplantes corazón-pulmón, porque dependen mucho de los reflejos Hering-Breuer, mucho más que los humanos. Usando monos mandriles para autólogos trasplantes bilaterales corazón pulmón, ellos probaron que supervivencia a largo plazo es posible con pulmones denervados agudamente siempre y cuando los dos nervios frénicos fueran preservados. Después, este trabajo contribuyó sustancialmente al trasplante exitoso de corazón-pulmón en los humanos.

Basado en estas experiencias, dirigió su programa cardiovascular hacia la corrección temprana de malformaciones cardiacas progresivamente más complejas en niños pequeños y neonatos. Estos esfuerzos culminaron en poder reparar exitosamente en neonatos de transposición, con o sin defecto ventricular septal, dándole gran ímpetu a la emergencia de cirugía cardiaca neonatal en la era moderna.

Su retorno a Guatemala
Después de su retiro del Hospital de niños de Boston, el Dr. Castañeda pasó casi tres años en Genolier, Suiza, buscando desarrollar una clínica para Cirugía Cardiovascular Pediátrica. Subsecuentemente, en 1997, a la edad de 67 años regresó con su esposa, Arcely Rey Rosa, a vivir a Guatemala.

En ese tiempo, la única unidad que practicaba cirugía cardiaca estaba en la ciudad de Guatemala, la capital, y estaba limitada únicamente a adultos con enfermedades cardiacas adquiridas. Varios intentos de tratar niños, fuera de los que tienen defecto atrial septal, habían fallado casi todos. Niños con malformaciones cardiacas congénitas podían ser tratados solamente viajando al exterior, una oportunidad limitada a menos del 3% de guatemaltecos. En vista de estas estadísticas, Aldo pensó que la única forma que niños con malformaciones cardiacas de familias pobres pudieran tener acceso a cuidado adecuado sería por medio de un programa local viable para cirugía cardiovascular pediátrica dedicada principalmente a este segmento mayoritario de la población.

Tomando de su gran experiencia y especialización como administrador y cirujano, comenzó su misión de formar ese programa, desarrollando tres objetivos principales. El primero fue viabilidad clínica, el segundo, entrenamiento del equipo humano necesario y eventualmente, el tercer objetivo es la investigación. Se le proveyó de espacio limitado en una unidad que servía de adultos, específicamente una sala de operaciones, 2 camas de cuidado intensivo y 6 camas en encamamiento general. Bajo estas condiciones limitadas, se llevaron a cabo más de 1000 operaciones.

El mayor impedimento para que creciera el programa era la falta de recursos financieros. En 1998, para complementar los subsidios insuficientes del gobierno, estableció la Fundación Aldo Castañeda como un instrumento para captar fondos.

Al principio del programa, el Dr. Castañeda pudo reunir los únicos 3 cardiólogos pediatras que trabajaban en Guatemala. Este grupo ha crecido hoy a 8 cardiólogos, con experiencia y especialización en ecocardiografía fetal, diagnóstico e intervensionista, diagnóstico y electrofisiología intervencional. También ha promovido el adiestramiento profesional de anestesiólogos, enfermeras y cuerpo técnico. Al principio, fue el único cirujano cardiovascular pediátrico y trabajó ad honorem para salvar a estos niños. En los últimos años ha entrenado a tres jóvenes cirujanos Guatemaltecos. Con la ayuda de la Fundación Aldo Castañeda y sin asistencia del gobierno, la Unidad Cardiovascular Pediátrica de Guatemala se ha expandido a dos salas de operaciones exclusivas, una unidad de cuidados intensivos con 6 camas, una unidad de cuidados intermedios con 4 camas y 18 camas en encamamiento.

Desde 1997 el personal que trabaja en la clínica de consulta externa ha visto a más de 20000 pacientes, y los cirujanos han operado aproximadamente 2000 niños con enfermedades cardiacas congénitas. Hoy, la Unidad de Cirugía Cardiovascular Pediátrica se ha convertido en un centro de referencia para niños con enfermedades cardiacas congénitas de el Salvador, Honduras, Nicaragua, Belice, República Dominicana y Haití.

Actividades de investigación han comenzado, y la mayoría de los estudios emprendidos subsecuentemente han sido publicados en revistas científicas de prestigio internacional. El Dr. Aldo también ha entrenado a tres jóvenes cirujanos extranjeros, además de tres miembros de su personal quirúrgico permanente. Estos cirujanos vinieron de Venezuela, El Salvador e Italia.

El maestro y el hombre
Aldo Castañeda ha influenciado profundamente las carreras de muchos jóvenes cirujanos cardiovasculares pediátricos. Su interés balanceado entre la ciencia y el arte de la cirugía, además de su empeño por la excelencia clínica, probaron ser los factores motivadores para su carrera sobresaliente. Sus logros quirúrgicos excepcionales resultaron de su técnica detallada y motivada, junto con su gran sentido de perfección estética. Ver al Dr- Aldo operar es ver a un artista trabajando, una experiencia que han gozado cientos de cirujanos que lo han visto en acción en la mesa de operaciones.

Como maestro, ha entrenado casi cien cirujanos cardiovasculares pediátricos, 44 de los cuales se han convertido en los jefes de programas de cirugía cardiovascular pediátrica alrededor del mundo.

Largo tiempo después de su retiro del liderazgo de la Escuela de Medicina de Harvard y el Hospital de niños de Boston, donde creó uno de los programas principales para cirugía cardiovascular pediátrica en el mundo, a la fecha continúa entrenando nuevas generaciones de cirujanos cardiovasculares. Sus enseñanzas continúan siendo una guía espiritual para nosotros que entrenamos por él en nuestras carreras quirúrgicas, por sus enseñanzas comprendemos claramente la importancia de mantener relaciones cordiales con todos con quienes trabajamos y especialmente la importancia de tratar a nuestros pacientes y a sus familias con humanidad y con la comprensión que todas nuestras acciones deben ser dirigidas primero y más importante, al alivio del sufrimiento humano. Sus enseñanzas son el criterio y la medida de nuestra labor diaria. Ellas han enriquecido nuestras prácticas clínicas y en todo aspecto nuestras vidas profesionales. Los valores que transmite son los regalos más importantes que hemos recibido de este hombre brillante y nuestro maestro que vemos deferencia y devoción.

Sus principios están resumidos en las siguientes palabras de su discurso presidencial a la Asociación Americana de Cirugía Toráxica, dado en Nueva York en 1994: "Claramente nuestra especialidad no es únicamente una ciencia aplicada de disciplina técnica, también incluye un componente estético importante, poniendo lado a lado en yuxtaposición arte y ciencia, y exigiendo, adicionalmente, honestidad, valor, juicio, visión, erudición, compasión y un compromiso total de perseguir la excelencia y de altos valores. La ciencia es un acto eminentemente moral y viviendo con sufrimiento humano aprendemos a apreciar la naturaleza humana del hombre".

Otros honores
El Dr. Aldo es miembro de 42 sociedades internacionales y científicas en 20 de las cuales es un miembro honorario. Su carrera académica ha sido distinguida por muchos premios por sus contribuciones científicas. Además, el Gobierno de Guatemala le ha otorgado la prestigiosa Orden del Quetzal en tres ocasiones y también lo ha honrado con la Orden de Atanasio Azul por su devoción, trabajo incansable y desarrollo exitoso de un programa médico viable de pediatría cardiovascular en Guatemala. En 2004 también recibió el premio humanitario de la Fundación Mundial del Corazón y en el 2006 el premio Honoris Causa por la Universidad de Marsella, Francia.




Fuente: Fundación Aldo Castañeda

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